Qué difícil me es escribir de manera sucinta sobre Siracusa. Aunque la fascinación por las mil historias que en esta vieja ciudad uno se encuentra es grande, trato de seguir el consejo del genio Arquímedes, en efecto como mero discípulo de la experiencia.
Volando desde el norte hacia Catania, la primera cosa que atisbamos fue Stromboli, una isla que es más volcán que isla, desde las alturas parece un monolito cónico, oscuro y activo. Ni un minuto después Sicilia se hace presente y como regente máximo de la parte oriental de la más grande de las islas italianas se presenta Edna, montaña-volcán impresionante que ya en noviembre está prácticamente cubierta de nieve por la mañana.
Arribamos a Catania, pero desde el momento mismo en supe que veníamos a Sicilia lo tuve claro y reservé nuestra estancia en Siracusa. Chovinista analogía lo sé; siendo Guadalajara la perla de occidente en México, Siracusa es definitivamente la gema oriental de la Sicilia. Siracusa fue, para mí, sobre todo una fuente de inspiración y estímulo constante a los sentidos e intelecto.
La parte más antigua de Siracusa es la isla Ortigia que se conecta a tierra firme por dos puentes. Tan pronto arribamos las ruinas de lo que habría sido el magnífico templo de Apolo recibe a los visitantes. Desnudas, un puñado de gigantes columnas dóricas permanecen erguidas en la plaza. Nosotros nos hospedamos en el lado norte de Ortigia desde donde nuestras primeras impresiones fueron las olas del mar jónico golpear las inmensas murallas construidas por el tirano Dionisio.
Siracusa es un ejemplo claro de la yuxtaposición de las culturas a través de los siglos. Según la tradición, Siracusa fue fundada por clanes griegos provenientes de Corinto mucho antes de que Homero escribiera sus obras en el VIII A.C. Mama mía!, pero qué no habrá acontecido en más de veinticinco siglos aquí.
Siculi, griegos, romanos, bizantinos, árabes, normandos, sicilianos; en esta región al centro del mediterráneo se han conjugado lenguas, texturas y sabores a través del tiempo.
La hoy catedral cristiana en la plaza principal de Ortigia – Piazza Duomo – celebra la natividad de la virgen María, siglos antes con los romanos ahí mismo se veneraba a Minerva y más atrás en el tiempo Atenea era la diosa a la cual sacrificios eran ofrecidos. En la parte más nueva de la ciudad – ergo Neopolis – se conserva un majestuoso recinto de templos y anfiteatros greco-romanos. Una vasta zona arqueológica cuyas ruinas dan signos de lo grandiosa que fue la ciudad en el pasado. De tal suerte, recorrer Siracusa es una aventura que te permite admirar teatros romanos, entrar en templos cristianos barrocos y perderse entre callejones medievales.
¡Eureka!
Qué fortuna la mía, nuestro hotel contaba con una pequeña biblioteca. Durante 4 días me embriagué de historias propias de Sicilia y Siracusa. Aprendí del paso de los dioses y ninfas; recordé las historias de los héroes mitológicos y reales; me asombré por las historias de su genio mas famoso - Arquímedes - y de su rol en icónicas guerras y defensas.
Sicilia y Siracusa por extensión es este pedazo de tierra que ha estado presente desde la “eternidad”. Respirar la brisa salina en la playa de Siracusa me hizó desafiar aquella premisa de Heráclito sobre el devenir, porque existen regiones del mundo en que a pesar de los innumerables años y cambios sufridos, exhalan un hálito de humanidad que siempre permanece.
Gracias por leer.
Miscelánea
y bitácora de viaje
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Soundtrack siracusano, inevitablemente el álbum Malena de Ennio Morricone. El film homónimo de Giuseppe Tornatore fue un factor adicional para visitar Siracusa, varias veces caminamos por piazza Duomo comentando las escenas de esta obra maestra y cautivadora de Tornatore.
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Achtung Caca auf 11 Uhr! Ortigia tiene una gran cantidad de gatos callejeros. Los locales ponen agua y comida por las calles para estos animalitos, además, siendo un pueblo pesquero, no es difícil para los felinos encontrar restos que los pescadores o restaurantes dejan detrás a causa de sus actividades. Melanie y yo desarrollamos un código secreto para advertirnos la presencia inminente de heces felinas y caninas siguiendo la convención-orientación del reloj de doce horas.
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Filología: “In saecula saeculorum” es una frase latina que traducimos al español como “por los siglos de los siglos”. No me consta la relación, pero encuentro mucha similitud entre el término latín saecula y el griego Σικελoν que refiere a los primeros pobladores de Sicilia, i Siculi.
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En Catania, a unos metros de la plaza principal se encuentra la iglesia de Santa Ágata. Visitamos la torre de la iglesia y con gran fortuna por la noche presenciamos Edna borbollando lava.
π è maggiore di 223/71 (all’incirca 3,1408) e minore di 22/7.
