Una tristezza infinita. No soy quien pueda comprender la eternidad. ¿Dónde se encuentran las respuestas a las viejas preguntas? “En las estrellas”, me respondieron. Me han atado a un cometa o más bien yo soy ese cometa. Recorro el universo y en mi condición no existe el miedo. ¿Por qué habría de tener miedo a las innumerables moles, luces y movimiento que creo ver? No sé si tengo ojos o si alguna vez los tuve, pero sé que la carne existe..., ¿existió? En esta situación la muerte y la vida no existen, sólo la contemplación del azabache al policromo.
Me dijeron que el universo es parecido a una esfera, más bien una nube. Por supuesto que es finita, sólo que… después de tanto, tanto… ¿tiempo?, no sé en realidad cuál es la trayectoria de mi viaje, quizá sea un periplo que dura miles de millones de periodos, cada periodo inmensurable, incomparable. El único parámetro que tengo disponible es mi movimiento, que aún así, descubro inconstante. Una cosa es cierta, mi memoria no es eterna. Esa estrella, se parece tanto ad aquella otra junto a la que pasé hace apenas un par de siglos. ¿Estaba a mi izquierda o a mi derecha? ¿Su color era violeta o más bien guinda? El color… de seguro la estrella ha madurado y cambiado tonalidad. ¡Cazzo!, non ha senso pensare su queste cose. Quizá, dentro de esta burbuja-nube, la materia-energía que una vez se encontró sobre las galaxias centrales se desliza más velozmente sobre éstas y se yuxtapone al extremo, los agujeros negros de arriba chupan la energía central y el espacio es rellenado inmediatamente por el éter que me sirve d'autostrada.
Cuánto más?, ero gigante cuándo nueve espirales chocaron. No hay casualidad, algo pasó antes para que las nueve esquinas constelares se encontraran allo stesso tempo. Y yo era más grande que algunas estrellas. Ahora soy apenas la mitad de tamaño y ya he visto mil big-bangs. ¿Cuánto más para terminar mi singladura? Sono pietra ¿Y cuando sea polvo?, cuando me golpean me reduzco. Nacen entonces otros tantos viajantes menores en magnitud y con quién sabe qué destinos. Puede que encuentren descanso en un súbito éxtasis que les haga atravesar una atmosfera candente y así se reduzcan a mi tan anhelada Nada.
Però . . . rimaniamo.
